Capítulo 233: Dolor que no
desparece
—
¿Ah? ¿Me recuerdas? que feliz me haces.
—
¡Tú! ¿Qué haces aquí?
—
He estado vigilando a Argento, todo lo que hace, cuándo y dónde. Tengo todo
debidamente cronometrado y se supone que yo también esté aquí ¿Sabes?
—Lo
siento, pero ella no está con nosotras.
—Lo
sé, la he estado observado.
Se acercó a nosotros casualmente pese a que la estábamos fulminando con la mirada. Los rebeldes que saben quién es ella están en alerta máxima y Richelle preparó su arco.
—
¡*$°°!!?$%#$#$#%!
—
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—
… #!%$#”
Luego
de intercambiar algunas palabras que no entendí, Richelle-san bajó su arco
estupefacta.
—Tú…
¿Puedes hablar la lengua de los espíritus?
—Por
supuesto, he tenido mucho tiempo para vivir.
—
¿Qué?
Preparo
mis hiedra, lista para pelear en cualquier momento. Ella, en cambio, solo
entrecierra sus ojos carmesí luciendo entretenida.
—No
te preocupes, no vengo con malas intenciones, estoy aquí para ayudar y decirte
que te levantes.
—
¿Ayudar?
—
No tengo que explicarte el hecho de que el Conde y yo tenemos cierta historia
¿Verdad?
—
Sí…
Ella
asintió lentamente. El vampiro conocido como el “Conde Negro” al que
encontramos en la República y Elsee. Ellos parecen haberse conocido en el
pasado.
En
otras palabras, si tenemos los mismos intereses y acabaremos peleando contra el
Imperio, es mejor que cooperemos.
—
Es solo que no confió en ti…
Supe
de este acuerdo entre Arge y ella, pero no creo que se lo vaya a tomar en
serio. Más bien, siento que interrumpirá en el momento más problemático.
—No
tienes por qué hacerlo, y tampoco quiero que lo hagas.
Elsee
volvió a responder tranquila y siguió caminando, pese a nuestras miradas. Para
estar en territorio hostil está muy calmada, debe confiar mucho en su propia
fuerza.
—
Te ves terrible chica…
—
¿Tú?
—
Si tienes tiempo para reconocerme, entonces deberías levantarte, tu amiga está
en problemas.
—Pero
yo…
—
Mmm, entonces ¿Debería adelantarme y tomar a Arge para mí?
—
¡¡!!!
Los
ojos de Kuzuha se iluminaron. Pese a sus palabras, la manera de hablar de Elsee
no era tan desagradable como cuando la conocí por primera vez.
—No
me rendiré, haré lo que deba sin importar que tan lejos
–…
—No
lo hice hace mucho tiempo y me arrepiento mucho de ello.
—
¡Oh!
—
¿Qué hay de ti? ¿Hay algo que por no haber hecho antes jamás pudiste conseguir?
Me
di cuenta de algo tras ver a Elsee. A final de cuentas es lo mismo para ti
también ¿no?
Escuché como es que Kuzuha se hizo amiga de
Arge. Su madre le pidió que esperaba y, como resultado, terminó muriendo.
Yo
igual intenté ir por Ginji y, antes de que me diera cuenta, ya se había ido.
Conozco
esa mirada de Elsee. Es la misma que tuve cuando tenía ganas de llorar, de
tirar mi vida por la borda y que me hizo sufrir tanto como si me quemara. Es de
arrepentimiento.
—Ya
han pasado cien años… y cada no dejó de pensar en lo que debería haber hecho.
—Elsee-san…
—
¿Qué hay de ti?
—
¡Yo…!
Elsee
no le tendió la mano ni mostró más amabilidad de la necesaria. Al fin y al cabo
solo somos aliadas en estos momentos por tener objetivos similares, aunque al
parecer eso es suficiente para Kuzuha.
—
¡AHH… No me quieras tomar el pelo!
Un
rugido resonó en lo alto y sacudió la noche. Su voz ignoraba por completo la
situación, pero nadie la podía culpar por ello.
Los
ojos de Kuzuha-chan seguían húmedos mientras se levantaba, pero ahora estaban
llenos de fuerza.
—
¿Qué te pasa? No insistí porque no querías hablar de ello, pero al final
terminaste yendo sola pese a que soy tu amiga… ¡Somos amigas! ¡Soy tu amiga
Arge!
—Kuzuha…
cálmate un poco.
—
¡No puedo calmarme!
Kuzuha-chan
ruge y enseña los dientes. El enemigo ya nos encontró, pero eso no la detiene.
—Esta
claro ¡Voy a estar a su lado aunque me odie y la traeré de vuelta así tenga que
jalarla del cuello!
—
¡Ahí están los rebeldes!
—
¡Cállate!
La
chica zorro lanzó llamas al enemigo que intentó llamar por refuerzos. El fuego
chocó contra una casa y se propagó rápidamente, causando una gran conmoción.
Así, con las llamas de fondo, ella se paró frente a los rebeldes y les habló.
—
¡Caballeros! ¡Necesito de su ayuda para rescatar a mi amiga!
—Sí
—Ella
es una de nosotros ahora
—
Su magia de recuperación es muy valiosa.
—Le
pedí que curara mis piernas y puedo estar aquí gracias a ella.
—Una
vez me dolía el estómago y me regaló un dulce.
—
¿Por qué te pones celoso? Búscala más tarde en el almacén.
—
Idiota, una vez que esto termine el almacén desaparecerá.
Todos
los rebeldes ríen y se ponen de pie. Pese a que muchos están heridos, hay
fuerza en su mirada.
—
¡Todavía tenemos el espíritu!
—
¡Apuesto a que nuestra líder sigue luchando!
—Entonces
todavía no podemos rendirnos.
—
¡Vamos! Elsee, nos ayudarás ¿cierto?
—Claro…
Elsee
echa su peló hacia atrás y saca una perla de un rojo carmesí intenso, como la
sangre, la cual se abrió de golpe y dejó salir innumerables criaturas que son
demonios mezclados a la fuerza, dignos de ser llamados quimeras.
—Les
pedí que no ataquen a los rebeldes, así que no tienes porque preocuparte.
Con
agitar sus dedos, Elsee da la señal para que sus demonios se desaten.
—Bueno,
los iré moviendo a mi antojo.
—Muchas gracias…
—Je,
no te preocupes.
Con
una sonrisa, la vampiresa dorada saltó y su cabello rubio se perdió en la
oscuridad de la noche.
—Kuzuha-chan…
—
¡Aoba-san! ¡Vamos a cambiarnos!
—
¿Eh? ¿Ahora?
—
¡Claro! ¡Una mente sana siempre viste ropas sanas! ¡Nuestra infiltración ha
fracasado, así que podemos usar nuestra ropa de siempre! ¡Sí, nada mejor como
eso!
—Entiendo.
—Definitivamente
te salvaremos Gin… Arge-san.
Ya
no estás solo.
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Esta vivo? Murio????
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