Capítulo
123: El viaje de la vampiresa hacia el océano.
—Tal y como lo imaginé…
en aquel momento ya se había alzado una bandera
— ¿A qué te refieres Arge-san?
—Nada, por favor no le des importancia Kuzuha-chan,
tan solo pensaba en el espíritu.
Suspirando, seguí trabajando.
En estos momentos estamos haciendo de comer, y lo que preparo
es algo fácilmente digerible al ponerle mucha agua al arroz; gachas de arroz.
Sinceramente, hubiera preferido que los demás
cocinaran, pero por cierta razón, estoy haciéndolo yo.
—No esperaba que todos, a excepción nuestra, se
quedarían postrados en la cama debido al mareo por viajar en mar.
Siguiendo a mis palabras, el barco repentinamente se
sacudió y perdí mi balance.
Si esto fuese tierra firme podría haber arreglado mi
postura sin mucho problema, más no es así puesto que estoy en un barco, parada,
mientras sostengo una olla. Por lo mismo, cuando estuve a punto de caer,
Kuzuha-chan me sostuvo, abrazándome desde atrás.
—Uhm… ¿Estás bien Arge-san?
—Ah… ¡un cojín muy modesto…!
—Uhm… ¿De qué hablas?
Incluso si pensé en sus pechos, no tengo porque
responderle, y tras apreciar la ligera suavidad de estos, me separé de
Kuzuha-chan.
Se zarandea un poco…
No, en esta ocasión no hablo de sus pechos, sino del
barco.
Había oído de Zeno-kun que el mar era algo agitado en
esta época del año, tal parece que estaba en lo correcto.
Al principio, cuando zarpamos, tanto Felnote-san como
Zeno-kun e incluso Richelle-san estaban bien, puesto que el mar era calmado,
pero tan pronto como el barco comenzó a sacudirse, ellos terminaron en la cama
sin poder moverse por culpa del mareo.
Mi magia de recuperación también funciona para curarlo,
pero tan pronto como lo hacía, terminaban por marearse una vez más, así que
ellos mejor se fueron a descansar a sus cuartos.
En un principio, Felnote-san lidiaba con el mareo
usando su propia magia de recuperación, pero como no pudo mantener el ritmo por
mucho tiempo, cayó.
Neguseo no lo hizo mejor e igual cayó.
Y, en cuanto a mí, este cuerpo mío parece ser
resistente contra el mareo, pero aun así las sacudidas me molestan. Como sea,
no he tenido ningún problema en particular.
Del mismo modo, a Kuzuha-chan también parecen
molestarle las zarandeadas, pero tampoco parece que se esté mareando.
—He sido salvada gracias a que Kuzuha-chan aún puede estar
en pie.
— ¿Es así?
—Bueno, sería demasiado molesto si fuese la única que
pudiera moverse, y que tras llegar al continente demoniaco, no quisiera hacerlo
por un rato.
—Arge-san es problemática ¿No es así?
—Ya lo era, no puedo evitar ser perezosa y
problemática. Soy como el polvo que se acumula en la esquina de una ventana.
— ¡Yo no lo decía así!
—En cualquier caso, fui salvada porque Kuzuha-chan está
aquí conmigo. Gracias.
—… Eee, bueno, no hay de qué.
Kuzuha-chan me respondió mientras cerraba sus ojos, tal
parece que ella se rindió con su tsukkomi, y cuando volvió a abrirlos me miro
detalladamente, de la cabeza a los pies.
—Por cierto Arge-san, esas ropas te quedan bien.
— ¿Fue?
En cuanto me dijo eso, le di otro vistazo a mi cuerpo.
Dado a que reencarné como una chica, me volví incluso
más delicada de lo que fui en mi otra vida, cuerpo el cual ya era delicado de
por sí.
Viéndome en el espejo al lado mío, lo que observé fue
una hermosa chica de cabello plateado. Si bien, en la tierra se suponía que lo
vampiros no se reflejaban en los espejos, parece ser que los de este mundo son
ligeramente distintos.
Y dicha chica hermosa vestía una bata – quiero decir –
ahora mismo estoy vistiendo algo similar a la ropa de trabajo, pero en blanco.
También conocida como ropa de cocina, que en mi vida
previa los sirvientes de la familia solían usar siempre, el cual es parecido a
un traje de maid, que en cierta forma es familiar para mí.
El pasatiempo de Kuzuha-chan, que adquirió
recientemente, es el de hacer ropa. Y dado a que el barco no deja de moverse,
necesito usar lo que hace ya que su ropa es holgada, fácil para poder moverse
con por los alrededores.
—Estas ropas son para cocinar ¿No es así?
A mi pregunta, Kuzuha-chan asintió y respondió.
—Sí. Son las ropas ideales para las mujeres que
trabajan ¡comunes en la república! Ah, y
van a juego con las mías y yo… yo quisiera que Arge-san las usase e hiciese
sopa de miso conmigo todos los días.
—Ha, eso sería más bien algo problemático. Preferiría
que, en lugar de eso, tener a alguien que me hiciese sopa de miso todos los
días
No, sería mejor si tuviese a alguien que me pudiera
preparar tres comidas al día en lugar de solo una sopa de miso, e incluso mejor
si esa persona me dejase dormir unas 30 horas diarias. Ser felizmente
alimentada luego de que este viaje termine.
Haa~, me
pregunto si podré obtener de algún modo alguien a parasitar tan conveniente…
una persona amable.
Bueno, esta ropa no es vergonzosa, y no me siento mal
por ser alagada, así que aceptaré su cumplido obedientemente.
—También te quedan bien Kuzuha-chan.
—E~he~he, somos iguales.
Ella, al igual que yo, está usando ropa de cocina.
Dos chicas vistiendo lo mismo, están cocinando juntas,
además de que ambas nos vemos bastante jóvenes. Para los demás, esto podría
parecer como las prácticas de cocina de alguna escuela básica o algo así por el
estilo.
Y mientras trabajaba, Kuzuha-chan mencionó algo que
acababa de recordar.
—Decir esto no está bien… pero gracias a que
Richelle-san se ha mareado, no tenemos que preocuparnos por los ingredientes.
—Bueno… Yo igual estoy preocupada, pero creo que tener
el apetito de Richelle-san suprimido es algo bueno.
Richelle-san, quien por sí sola come lo de diez
personas, se tranquilizó tras marearse. Parece ser que, mientras este en la
cabina, su “capacidad de acción” no será la misma de siempre.
Incluso yo quiero regresarla a su tierra natal tan
pronto como sea posible, pero ahora, estamos viajando en barco, y no hay mucho por
hacer desde que este se mueve por sí solo.
—Hace rato fui a ver como estaba, pero seguía
sintiéndose mal… al parecer solo pudo comerse 5 tazones de arroz.
—Es… ¿Estás segura de que realmente perdió el apetito?
—Bueno… bueno ¿Comparado a lo normal?
—No puedo decir nada más al respecto…
Kuzuha-chan suspiro, mientras me miraba hacer gachas
de arroz en una olla grande.
Como nosotras no podemos comer tanto, sentimos ganas
de vomitar; la gula es algo tenebroso.
Kasu: Traducción
Fantasma-san: Corrección
Genial nuevo capitulo, muchas gracias
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