Capítulo 219: El relato de una heroína
—Chrome-chan
cree que no nos damos cuenta pero la verdad es que algunos ya saben de su
pasatiempo.
—Bueno,
tiene sentido.
Mientras
los rebeldes compartan la misma cocina no podrá pasar desapercibida para
siempre. La gente podría notar el dulce aroma que deja tras cocinar o que
alguien ha estado limpiado. Para empezar, no muchos rebeldes vienen aquí.
—No me sorprende, ¿pero no está Chrome-chan un poco fuera de lugar aquí? Parece como un fantasma entre los rebeldes
—Bueno
sí, un poco. Ella en un principio era bien conocida, aunque de mala manera.
—
¿Como alguien del bajo mundo?
—Ah,
no, nada que ver.
Ginka
lo negó sacudiendo su cabeza.
La
emoción en sus ojos dorados es compleja, pero puedo decir que se preocupa por
Chrome-chan. Suele invitar a Chrome-chan a tomar el té sabiendo que la va a
rechazar, pero insiste porque ella le importa.
—Todos
aquí ya la aceptaban. Sin importar la razón por la que vino, los demás
entendieron su rol en esta rebelión y la magnitud de sus logros.
—Eso
parece…
No
hay duda en la fuerza de Chrome-chan, con ella obviamente lograrían grandes
cosas. Si bien me siguió al Imperio, la razón por la que se unió a los rebeldes
no tiene nada que ver conmigo. En otras palabras, Chrome-chan lo decidió por sí
misma. Cualquiera que haya sido su motivo, lo que ella ha hecho es cosa suya.
—Pero
sigue sin acercarse a los demás, y no sé cuándo lo hará.
—Bueno,
ella es algo difícil de tratar, se enoja fácilmente.
—No,
ella normalmente es más tranquila… tú eres la única que pone a Chrome así.
—
¿Ah? ¿En serio?
—Y
tú ni en cuenta… Chrome-chan es de las que retroceden cuando intentan hablarle.
No es alguien a quien puedas acercarte porque se contiene demasiado.
Para
mí, Chrome-chan es expresiva y cortante, pero parece ser que no es así con los
demás. Pensé que los demás mantenían su distancia de ella porque emanaba una
atmósfera de peligro, como cuando vez a una bestia peligrosa. Estando todavía
sorprendida, Ginka rio y dijo.
—Por
eso estoy un poco feliz. Nunca había visto a Chrome-chan explotar con tantas
emociones desde que la conocí. Me ha mostrado unas cuantas pero… desde que
viniste lo hace más.
—Ah…
—Tampoco
parece un desastre estos días así que… si no te importa.
—Hablar
con ella es divertido, así que no tengo ningún problema.
Ginka-san
tomó una galleta y la lanzó al aire casualmente, quizás satisfecha con mi
respuesta. Por supuesto, un espíritu artificial apareció y la atrapó. Cuando
puso la galleta en su boca, los ojos de Shion-san se abrieron.
—Delicioso…
Chrome-chan es realmente buena cocinando.
—Tú
también ¿Shion-san?
—Por
supuesto, Shion es una con Ginka-san. No puedo estar muy lejas de ella y
siempre estamos al pendiente de lo que le pasa la otra.
Shion-san
se sentó con suavidad en el regazo de Ginka-san como si fuera lo más normal del
mundo. La combinación entre el cabello color jade y plateado fue deslumbrante.
—Espíritu
guardián…
—Oh,
es verdad, sí, algo como eso. Desde la mañana hasta la noche, desde que se
cambia hasta la cena.
—La
verdad me da un poco de pena cuando me ve cambiarme.
Shion
sonreía enormemente ante el sonrojo de Ginka-san.
—Es
solo un pasatiempo de Shion.
—O
sea que ¡No tengo intención de detenerme!
Son
buenas compañeras, creo que es algo bueno. Ginka-san aclaró su garganta, como
si recobrara la postura, y volvió mirarme. Sus ojos dorados se han vuelto
serios y carecen de gentileza, lo que dijo también fue igual.
—Al
parecer le agradas a Chrome. Podrá parecer que te odia pero… es complicado.
—
¿En serio?
—Ah,
esa chica es un poco… difícil. Puede parecer fría y gentil pero cuando te le
acercas huye. Me recuerda a un gato que a veces viene.
Entendí
lo que quería decir, de alguna manera. Se enoja y queja con facilidad, pero
Chrome-chan a final de cuentas es amable. Si no fuera así no habría repuesto
las galletas que rompió. Más aparte, lo que hornea se lo quedaría para ella o
no lo compartiría.
—
¿Está bien hacer algo que ella odiaría?
—Hm,
es verdad. Hagamos algo como esto.
De
algún modo, ver a Ginka-san aplaudir me dio un mal presagio.
—Lo
mejor es pelear en serio al menos una vez.
Como
esperaba, algo molesto vino.
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