Capítulo
179: Destrucción de la vida diaria.
— ¡Como pensé!…
Dejé salir mi voz furiosa ante lo que pasó. La ciudad de Sakura-nomiya,
que antes era iluminada por suaves luces ahora estaba incendiándose.
Como predije, fue el mismo estruendo que hicieron las aeronaves que vimos
en el reino. Los ataúdes que cayeron empezaron a destrozar las calles, cada uno
de ellos con la cresta de la casa Kuon tallada.
Aoba-san, que había salido antes que yo, dio media vuelta y me dijo.
—Parece que también están aquí.
—Sí…
—Arge-chan, esto es…
—Satsuki-san, por favor aleja a todos.
Le grité a Satsuki-san, que estaba detrás, y desenvainé mi katana tras
sacarla de mi bolsa de sangre. Sosteniendo la cuchilla, la fría sensación de
esta, al tocarla, se ajustó a la temperatura de mi cuerpo.
—Esto es algo de lo que debemos encargarnos.
Fue lo que pensé cuando vi todo quemándose.
— ¡Vamos Gin… Arge-san!
—Sí…
Le respondí a Aoba-san y di el primer paso. Posteriormente, corrí
directamente hacia los vampiros cuya consciencia había sido retirada por un
reencarnado de la casa Kuon y que ahora solo eran usados como una herramienta de
guerra. La brisa de la noche pasó por mi falda que revoloteaba, y aceleré
mientras sentía a Aoba-san liberar sus hiedras detrás mío.
—Lo siento…
Nuestros adversarios ya no tienen consciencia, quizás ni siquiera
recuerden que son vampiros. De todas formas, me disculpé con ellos por lo que
la casa Kuon les había hecho y blandí mi arma. La sensación en mis brazos fue
como la de cortar un fantasma o a un sueño.
— ¡Gh!
El vampiro desapareció no sin antes dejar salir un gemido, sin detenerme
a verlo fui hacia mi siguiente objetivo. Sakura-nomiya está ardiendo. Las
flores de cerezo que vi con Aoba se están quemando. Me sentí irritada al ver
como la promesa que había hecho con Aoba se convirtió en cenizas, lo que me
impulsó a seguir adelante.
— ¡¿Cómo pudieron hacer esto?!
Alguien de la casa Kuon, esa persona también es un reencarnado. Con el
conocimiento del mundo del que vinimos y el talento de los Kuon, sumado a las
habilidades tramposas por renacer, es posible hacer aeronaves, puedo entender
eso.
¿Pero por qué hacer algo como esto en el mundo en el que renació? ¿Cuál
es propósito en atacar incluso a una potencia neutral como la República? Nadie
pudo responder mi pregunta, solo gritos y destrucción llegaron a mis oídos.
Sintiendo varios enemigos, la impaciencia creció en mi corazón.
— ¡Uu!
Tan pronto como sentí una pequeña cosa en mi nuca, mi impaciencia se
convirtió en temor. Sin dejar de percibir los caóticos sonidos de la
destrucción, pude sentir un pequeño viento detrás mío, una flecha plateada
acaba de rozarme.
— ¡Arge-san!
— ¡Está bien, lo esquivé!
—Tch… ¿Quieres morir de nuevo? Como pensé, los vampiros fuertes son
estúpidos.
— ¿Tú eres…?
De donde venía la flecha, había unos hombres saliendo de un callejón que
me eran familiares. Eran los tres soldados que enfrenté en la aldea de los
elfos oscuros. Ellos pelean con una gran cooperación que podrían ser llamados
una trinidad. El tipo de en medio sacudió su espada y dijo.
—Nos volvemos a encontrar plateada.
—… ¿Shiba-san? ¿No?
—Oh, lo recuerdas bien. El cuatro ojos es Spitz y el grandote Akita.
Somos orgullosamente una unidad de perros cazadores de nuestro padre… tomamos
ventaja del desastre y asaltamos.
Pensé que era una coincidencia, o algo divertido, pero ahora lo entiendo.
Sus nombres les fueron dados porque su maestro es una persona reencarnada.
— ¿Los conoces Arge-san?
—Me los encontré antes de ir al Reino, ellos están involucrados de algún
modo con nuestro objetivo.
—Parece que serán problemáticos.
Expliqué brevemente las cosas a Aoba-san. No me sorprende que hayan
llegado tan lejos, desconozco cómo, pero probablemente fueron fortalecidos de
alguna forma por el otro reencarnado.
Shiba-san resopló levemente, mientras nosotras nos preparábamos para lo
que pudiera pasar.
—Me sorprende que sigas viva después de recibir la explosión directa del
arma especial de nuestro padre. Él dijo que esa bomba era capaz de borrar a las
personas del espacio tiempo, era solo un prototipo, pero parece ser que no
funcionó.
—Soy un poco más fuerte que los humanos.
—Haa… Bueno, esta vez me encargaré de llevarte con nuestro padre. Estará
bien romperte las extremidades.
—Akita, por favor cálmate. No aumentes nuestros problemas de esta forma,
tengo flechas limitadas.
Confrontándolos, reajusté mí postura. El hecho de que no solo sean
vampiros, sino que también estos tres hayan venido significa que el Imperio va
en serio, más que cuando secuestró a los elfos oscuros de su aldea.
—No dejaré que hagan lo mismo esta vez.
—Sí… “Relájate” ¿Está bien?
— ¿Eh?
Estaba por verter poder en mi katana, pero mi espalda fue acariciada por
un dedo. Cuando volteé apresuradamente, la vi reír alegremente porque su
travesura había tenido éxito.
— ¿Iris-san?
—Y no solo yo.
Tal como dijo, no solo ella estaba ahí. Kuro-san, Fumitsuki-san,
Shino-san, Satsuki-san. Todas las empleadas de la cafetería estaban aquí.
— ¿Por qué?
—Si ellos van a hacer tantos destrozos, nadie podrá venir a vernos.
Además de que no dejan dormir.
— ¡Sí! Arge-chan, ¡Por aquí doy paseos, si dejo que lo destrocen estaré
en problemas!
— ¿No está bien? Satsuki tampoco quiere pagar los costos de reparación si
destrozan la cafetería. Si clientes molestos quieren causar problemas, lo mejor
será echarlos fuera.
—Onee-sama, estoy un poco nerviosa.
Solo Fumitsuki-san tenía una voz temblorosa, pero todas las demás tenían
una expresión confiada.
Las empleadas de esta cafetería, como siempre, desprenden esa sensación
que me hace sentir que este no es un campo de batalla, sino el usual lugar de trabajo.
Satsuki-san sonrió y aplaudió, todas las demás sonrieron como si es fuese una
señal.
—Bueno, bueno ¿Empezamos?
—No tenemos otra opción ¿Cierto?
—Tenemos derecho a correr a clientes groseros.
—Cierto, eso suele pasar.
—Wauf! Déjenme ayudar.
Todas ellas dieron un paso al frente.
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