Capítulo 231: Ganas de
desaparecer
El
mundo se volvió oscuro y silencioso.
Consciente de que algo así era posible, desperté repentinamente por el olor del aire, el sonido y la luz. Fue casi como si despertara de un sueño
—Uh…
o…
Cuando
abrí los ojos, me encontraba en una extraña habitación. Sacudí mi cabeza, y lo
siguiente que vi fue un montó de máquinas por aquí y por allá.
Ignoro
para que sirvan, pero estoy segura que se trata de “tecnología” que no es de
este mundo.
—
¿Por fin despiertas, chica de Kuon?
Su
relajada voz resonó en mi cabeza. Sentía como si mi consciencia estuviera a
nada de volver a desgarrarse, y respondí a duras penas lo primero que se me
vino a la mente.
—
No… yo pertenezco a los Kuon… me rechazaron, dijeron que no me querían… me
tiraron y…
—
¿Qué? ¿Realmente eras un fracaso? Bueno, supongo que tiene sentido ya que
reencarnaste.
Con
mi visión aun borrosa, alcancé a ver como se encogía de hombros.
—Kurogane-san…
—Así
es, de donde veníamos se escribía con los kanjis de hierro y negro. Tú ¿Cómo te
llamas?
—Kuon…
Ginji
—Jamás
oí hablar de ti ¿Será que naciste después de que morí? ¿El flujo del tiempo
será diferente entre este mundo y el otro? ¿O simplemente jamás me enteré de
ti?
—Lo
que sea… no me importa.
No
me interesa lo que tenga que decir. No me importa la razón, si simplemente no
nos conocimos o si el paso del tiempo entre este mundo y el otro sea distinto.
—Que
apático… al menos podrías intentar atomizarte ¿No? ¿Por qué no intentas
escapar?
—No
le veo el sentido… seguramente haya algo por aquí que me impida escapar de
cualquier forma.
Mis
brazos y piernas están atados mediante unas cadenas mecánicas. Básicamente
estoy crucificada. El uniforme que me hizo Kuzuha está hecho jirones, pero no
me importa.
—Seguramente
no serviría de nada…
He
vuelto a fracasar. Aunque haya reencarnado y consiguiera habilidades tramposas,
no he podido cambiar nada. Reencarnar no cambió nada, al fin y al cabo, solo
soy un “fracaso”.
—Jajaja,
veo que lo entiendes. Oye ¿Y yo? ¿Qué opinas? ¿Parezco alguien que pertenece a
Kuon?
—Sí…
ni siquiera puedo imaginarme por qué reencarnaste.
Quien
está frente a mí es un Kuon, en todos los aspectos. Ellos no se preocupan por
pisotear a los demás, ni en los métodos para hacerlo, ni les interesa si
lastiman a alguien en el proceso.
Luego
de darle mi honesta opinión, el sonrió de pura alegría y dijo.
—Yo
reencarné por una simple razón. No tenía suficiente.
—
¿Qué?
—Sí,
de donde veníamos, era el encargado de desarrollar todo tipo de armas.
Siguiendo
con su discurso, comenzó a juguetear con la máquina que tenía alrededor.
—Siendo
parte de los Kuons, desarrollé muchas armas, pero todas ellas fueron en vano.
—
¿Se desaprovecharon?
—Sí,
no me agradan los Kuons, pero tampoco es como si hubiera alguien ahí que se
atreviera a oponérseles.
Tuve
un mal presentimiento.
—Las
hice para matar, ¿sabes? para destruir. Sin embargo, nadie vino a desafiarnos.
Aquel mundo era muy aburrido…
—Eres
un… no lo puedo creer…
—…
Así es, no estaba feliz con un mundo donde las armas que logré nunca lograron
nada. Fantasma: ¿Nuevamente, qué
mamada? ¿Qué onda con los motivos de estos villanos?
Tras
decir eso, su sonrisa se volvió distorsionada. No paraba de juguetear con su
máquina, mientras sonreía y sonreía.
—Este
mundo es bueno, hay guerra, las armas tienen sentido… aquí puedo vivir como un
Kuon ¡En el verdadero sentido de la palabra!
—Ah
¿Vas a matar a todos solo para poder probarte?
—Sí,
para mí esta es la razón por la que reencarné.
Sus
chocantes palabras hicieron oscurecer mis ojos. Este chico no es para nada
bueno, es demasiado peligroso.
Si
no mal recuerdo, al reencarnar me dijeron que era libre de hacer lo que
quisiera. Para él debió ser igual, y gracias a esa libertar, está por destruir
un mundo entero.
—Ya
que han venido hasta aquí, haré que tus estúpidos amigos se vuelvan mis
soldados también.
—¡¡!!!
—Oh,
parece que toqué tu punto débil.
Intenté
moverme, pero no pude. Era de esperarse, ahora mismo estoy atada, e incluso si
consigo librarme de esto, tendrá contramedidas preparadas.
De
cualquier forma, no pude evitar resistirme. Aunque no pueda escapar, no puedo
quedarme sin hacer nada.
—
¡No les hagas nada! ¡No les gagas algo terrible a Kuzuha! ¡A los demás!
—
¿Eras capaz de decir esas cosas? Ahora entiendo porque no eras apta para formar
parte de los Kuons.
—Te
lo ruego… no me importa lo que me pase… si los demás… por favor.
Lo
siguiente que supe fue que le suplicaba. No quiero involucrar a los demás, no
quiero que salgan perjudicados por mi culpa.
Hay
mucha gente amable en este mundo, y no deberían terminar heridas por esto. Son
mucho mejores que yo y, además, este es mi problema.
—
¿Osea que harás cualquier cosa? ¿No?
—Ha…
sí, así es… por el bien de todo…
—Hmm,
vale, vale. Dejaré que se vayan si no te resiste.
Su
mano se extendía hacia mí. Solo pude cerrar mis ojos mientras contenía las ganas
de gritarle que parara.
—Es
la primera vez que me encuentro con otro reencarnado, me tomará algo de tiempo
romperte, déjame obtener de ti todos los datos que pueda mientras tanto ¿Vale?
—
¡Mgghh! ¡mmggg!
La
idea de que me examinaran me hizo estremecer. Por lo menos espero que mi
voluntad se rompa pronto, soy un fracaso al fin y al cabo.
Demn
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