Capítulo 157: La idea de último
minuto
El comando de Samaka-san
fue preciso y la mayoría de los piratas ya han sido capturados. Sinceramente, me
sorprende su artefacto mágico, pero lo que sigue sorprendiéndome más de él es su capacidad y competencia.
—Fue un trabajo duro,
ahora debemos hacer los procesos de post guerra. Primero que nada, como
prioridad, denles indemnizaciones a las personas que perdieron sus casas.
Empecemos por remover los escombros mientras anotamos las áreas que necesitan
ser reparadas. En cuanto a los piratas, decidiremos sus castigos uno por uno
luego, enciérrenlos a todos en las prisiones.
—Samaka-sama~ ¿Podríamos dejarle los heridos a Arge-sama?
— ¿Te lo puedo pedir
Argento?
—Lo haré, pero no
puedo curar a los muertos, así que denle prioridad a aquellos que estén a punto
de morir.
Es algo que hice desde
el principio, es incómodo, pero ya he hecho mucho aquí, sería extraño si me
detuviera a medio camino.
—Ah, ya veo… es
cierto, has sido de mucha ayuda… no, bueno ¿Tiene sentido llorar sobre la leche
derramada ahora?
— ¡…! ¿Qué pasó?
Por algún motivo
Samaka-san lucía nervioso, había incongruencia en su reacción.
—No… ¿Cómo decirlo?
Bueno… es difícil…
—Samaka ¿Ya has
terminado?
Un instante.
El aire cambió tan
pronto como escuché la voz que dijo eso. Una voz digna que detuvo incluso el
sonido de las conversaciones en los alrededores durante la reconstrucción.
Volteé a mirar hacia
donde estaba el propietario de esa voz. Él tenía un cabello dorado, el cual
brillaba con el sol y era sacudido por la brisa del mar, tan hermoso como una
corona. Sus pálidos ojos son gentiles, pero parecían absorberte si te mantenías
viéndolos.
Aunque, en su
totalidad, él luce como alguien relajado, por lo que lleva puesto, la calidad
de sus prendas, no es una persona ordinaria.
— ¡Su majestad!
Más que nada, Samaka-san
se arrodilló instantáneamente y habló con respeto para mostrar quién era esa
persona.
Oh, creo que lo mencionó
antes; cierto, Samaka-san dijo “En la presencia de nuestro rey”. Pensé que intentaba
decir que esta ciudad portuaria es territorio de su rey para así aumentar la
moral; al parecer, el rey realmente estaba viniendo.
Entonces, la persona
que se hacía llamar el rey nos miró incómodo.
—… ¿Tú eres el ángel
de la briza del mar?
—Aunque no me gusta
ese nombre…
— ¿La genio chica
mágica Vampy?
—Y ese otro es algo
que permitiría aún menos.
Me pregunto qué está
diciendo esta persona con esa apariencia seria, tal vez sea natural en él.
Mientras pensaba en eso, él ladeo su cabeza.
— ¿Me equivoqué?
—Ah, uhm…
Estoy en problemas, es
un poco difícil seguirle el ritmo. Bueno, es suficiente con olvidar esos
extraños apodos. Por la charla, parece ser que él sabe qué tipo de persona soy.
Llegué a estar antes en Arlesha usando mi magia de recuperación y acabo de usarla
ahora.
Como Samaka-sama llegó a decirme, mi magia de
recuperación es demandada. Entonces, si el rey piensa igual vendrá directamente
por mí, aunque no parece impaciente por eso.
—Está bien… Lo que importa es el poder que acabas de
usar justo ahora.
Sin embargo, eso no significa que me dejará en paz así
como así; él desprende una presión única, quizás sea su personalidad o
simplemente algo innato. No conozco la situación y sus ojos obviamente apuntan
a mí, no puedo dejar este lugar silenciosamente o huir.
Samaka-san ni siquiera dice algo, no puedo esperar que
me ayude con un barco, él incluso tiene un puesto que cuidar y no puede hacer algo
descuidado en un lugar como este.
— ¿De dónde vienes? ¿Qué propósitos te traen aquí? Ese
poder puede ser, por sí solo, producto de una diosa o un demonio dependiendo de
cómo lo manejes.
—Uhm…
Mientras pensaba en lo que acaba de pasar se me ocurrió
algo. Mi bolsa de sangre tiene el efecto de almacenar las cosas, bastante bien,
al disolver su existencia misma dentro de la sangre que fluye por mi cuerpo.
Desde esa habilidad de almacenamiento saqué una carta y
la extendí. Solo tengo que decir una cosa, por lo que tomé un pequeño respiro.
—Soy una embajadora de buena voluntad.
— ¿…?
—Soy una embajadora de buena voluntad que ha traído una
carta de la reina Kutira, quien gobierna la ciudad bajo el mar R´lyeh.
No miento en lo que acabo de decir.
Alcé la carta que Kutira me dio sobre mí. Decidí
llamarme a mí misma como una embajadora de buena voluntad, podrá ser chistoso,
pero es mucho mejor que ser detenida.
—Desde que el puerto de Arlesha está frente al océano,
pensé que, como ciudad civil, debería traer está carta aquí primero, entonces
vine.
—Ya veo…
Los ojos del rey eran serios y parecían ver a través de
mí. Eventualmente, asintió y dijo.
—Esta es la primera vez que escucho tal nombre, pero no
veo ninguna mentira, tomaré la carta y te mostraré hospitalidad. Mi nombre es
Subaru, Subaru Pleiades… Soy el rey del Reino Pleiades.
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