miércoles, 4 de noviembre de 2020

Tensei Kyuuketsukisan wa Ohirune ga Shitai Capítulo 210

Capítulo 210: Zona de conflicto.

 

—Uh…

Me duele el estómago, me duele tanto que siento que se me podría salir el desayuno. Ah, quisiera que Arge-san estuviera aquí ahora, con su magia podría aliviar rápidamente esta molestia, además de que estaría motivado si estuviera aquí, es una chica hermosa.

Sin embargo, yo mismo decidí tomar un camino diferente. No importa cuánto pida por alguien que no está aquí, no vendrá a mi salvación.

——Mmm, Samaka, este té es delicioso.

—Es una especialidad de la república, hospitalidad en su máxima expresión.

— ¡Oh! ¡Es ese té! ¡Conozco sus hojas, las vi en un libro! ¡Genial!

—Veo que fue de su agrado.

Que no vean mi sufrimiento. Puse una sonrisa falsa y me incliné profundamente. Las tres personas frente a mí son Samaka-san, lord de Arlesha; Kutira, reina de las profundidades del mar; y Pleiades, el rey del Reino.

Y pensar que yo, un mercader normal, se reuniría con tres personas de la elite.

—Entonces, mercader ¿Cuál es el propósito de esta reunión?

El rey, que debería haber seguido disfrutando de su té, movió sus afilados ojos hacia mí… ¡Que rápido! Como se esperaría del rey de una nación, fue directo al grano. Mientras tanto, al darle a un vistazo a Kutira, ella seguía interesada en el té mientras el Lord de Arlesha le daba explicaciones amablemente. Que despreocupada.

—Sobre eso, en realidad llamé a otras dos personas más.

—Básicamente, “por favor sigue esperando”, sí que sabes usar el tiempo de un rey. 

—Uu… lo siento.

 

—Está bien… lo dejaré pasar, por el bien de Arge.

—Muchas gracias.

Antes de que Arge-san se fuera, las circunstancias hasta ahora ya eran bien conocidas. Por eso es que pude reunirlos aquí.

—Hey, me agrada nuestro lugar de reunión, aunque nadie más podría llegar.

Una de las personas que estábamos esperanto entró al cuarto casualmente y tomó asiento. Miembro del concejo de Yotsuba, Akisame Higure, acompañando de una de sus sirvientas.

—Da una sensación agradable, no me disgusta el estilo de la República. Me gustaría venir aquí más seguido, pero tengo asuntos que atender y no me es fácil.

— ¡Yo también estoy muy contenta! ¡Este lugar es muy interesante! ¡Tengo que comprar varios recuerdos para mi gente!

—Ahh, eso es bueno, te mostraré una buena tienda luego reina del océano demoniaco.

A diferencia mía, que me duele el estómago por la presión, estos tres hablan con calma. Ah, envidio a la gente despreocupada. Luego de todos los saludos, Akisame me miró. Por supuesto, la mirada de los demás también cayó en mí.

—Entonces, mercader, me gustaría oír por qué fuiste tan lejos como para armar esta reunión, incluso llegaste al extremo de pedirle permiso al jefe del gremio de comerciantes.

—Sí… es verdad.

Esto no debería haber ocurrido nunca. Los mercaderes no tienen permitido intervenir en los asuntos de ninguna nación. Incluso si podemos comerciar entre estas, es ilegal involucrarnos en la política. Esa es la regla básica, y tuve que pedirle permiso al jefe una y otra vez hasta que estuvo de acuerdo y preparó esto.

—Antes de eso, todavía falta alguien.

—Quizás hables de mí.

Una elegante voz hizo eco.

La encargada del banco de Cyril, el espíritu artificial Exista. Ahora ya no falta nadie. Cuando incliné mi cabeza en agradecimiento por su presencia, Exista-san negó con su cabeza.

—No, no hace falta. Ha pasado mucho desde que salí, se siente bien, y también quería que esta chica experimentara un viaje. Hey, puedes venir.

—Ah… um.

Todos miraron con sorpresa a quien llegó.

— ¿¡Arge-san!?

— ¿¡Arge!?

— ¿¡Embajadora de buena voluntad!?

La llamaron de formas distintas, pero todos se sentían igual. Una chica que se parece demasiado a nuestra vampiresa plateada, y yo sé quién es.

— ¿Cyril Arcadia…?

Una mujer llamada Cyril, de quien descubrimos su existencia antes. Sé que Arge-san nació gracias a su poder mágico. Sin embargó, Exista-san negó con su cabeza todos los nombres mencionados.

—No, esta niña no es ni Arge o Cyril. Ella es tanto la linda hermana menor de Arge como la mía. Vamos, saluda.

—Soy Shirley… mis mejores deseos.

—Shirley, tu humor ha cambiado demasiado. Antes de venir estabas tan feliz de pensar que volverías ver a tu hermanita Arge-chan.

—Pero… onee-chan, aquí solo hay gente que no conozco… Uu… quiero ver a Arge-onee-chan.

De algún modo su actitud se asemeja a la de un gatito. Ciertamente ella es muy diferente a Arge-san, aunque sus rostros son idénticos. Cuando me dijeron que era su hermana menor quedé muy convencido.

—Me sorprende que tuviera una hermana menor.

—Arge, ella y yo nacimos del poder mágico de Cyril. Por eso es que somos hermanas.

Exista-san explicó brevemente las cosas a un sorprendido Lord. Claro, la primera vez que lo oí yo también me sorprendí, mi sonrisa se ha desmoronado un poco.

—Um… lo siento, pero Arge-san no está aquí.

— ¿Eeeh?

—No…. Em ¡Podrás verla luego! ¡Creo que podremos! ¡Vamos a hacer eso! ¡Igual traigo cartas de ella! Así que por favor ¿No llores?

Es realmente duro ver el rostro de un conocido tan triste. Me las arreglé para calmarla, y entonces volví a mirar a todos.

—Por cierto, creo que muchos nos estamos conociendo por primera vez. Por eso… empecemos con presentarnos. Yo soy Zeno Kotobuki, un mercader que podrías encontrar en cualquier parte… gracias por venir hoy.

—Akisame Higure, y esta chica es Habotan. Soy de una de las cuatro familias a cargo de manejar la política de la República, el concejo de Yotsuba.

—Soy el rey del Reino, eso es todo.

—Sirviente del rey, y Lord de Arlesha, Samaka Suwal.

—La reina de la ciudad bajo el océano demoniaco, Kutira.

 

—Exista, encargada de manejar el banco de Cyril.

—Shirley… hermana de Exista y Arge…

Que grupo de gente, elite de naciones encargados de manejar la economía mundial.

Sí, todo por el bien de una sola persona, Argento Vampear. Usando su nombre, envié invitaciones y logré reunirlos a todos aquí. Estas personas tienen cosas que atender, normalmente no habrían venido. Todo es gracias a Arge.

Ella siempre anda diciendo que no vale tanto, pero no creo que sea así, de lo contrario esto no habría sucedido.

—Fuu…

Exhalé y pensé en lo siguiente que diría. Soy torpe… pero no quiero que termine aquí.

El lugar al que está viajando Arge-san es donde definitivamente una batalla tomará lugar. Soy un mercader, y no soy tan bueno para pelear como Felnote-san. Quienes la acompañan son tan fuertes como si fueran un ejército por sí solas. No sería exagerado decir que juntas son tan poderosas como una nación entera.

Solo yo soy diferente, seré un mercader por siempre y lo mejor que puedo hacer es para defensa personal. Pero no más de eso, las cosas se han vuelto muy grandes, por eso no viajé con ellas. Creo que lo que se necesitará de aquí en adelante es fuerza pura, no conocimiento de viaje.

—Entonces… a nuestro tema principal.

Y aquí estoy, este es mi campo de batalla. Debería ser capaz de hacer algo con mi habilidad para hablar, he vivido como mercader hasta ahora. Aquí estaré, incluso si no puedo pelear, haré lo que pueda para ayudar a Arge-san. Tomé un pequeño suspiro para recordar su rostro y, de algún modo, eso me calmó un poco.

Esta elite se reunió tras escuchar el nombre de Arge-san, ella los conectó a todos. Entonces seguramente me escucharan si saben que es por ella. Sin embargo, tan solo con que me escuchen no será suficiente, cuando termine de hablar todos pensaran en las ventajas y desventajas por sí mismos.

Son personas que mueven naciones, tienen sus propias cosas que considerar. Al menos ese no es el caso de la encargada del banco de Cyril.

…Este mi mayor trabajo…

Lo que necesito hacer es lo de siempre, como un mercader, debo tener su curiosidad y luego atraer su atención.

— ¿Les gustaría invertir en el futuro?

Esas fueron mis primeras palabras. Empecemos esta charla de negocios.

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