viernes, 1 de mayo de 2020

Tensei Kyuuketsukisan wa Ohirune ga Shitai Capítulo 163


Capítulo 163: El odio cae del cielo

— ¡Uu…!

El paisaje que podía verse en el jardín del castillo real fue pisoteado, un asalto. Lo que vi caer repentinamente desde el cielo era algo diferente a lo que vi en el territorio de los elfos oscuros.

— ¿Ataúdes?

Tal y como dijo Aoba-san, enormes ataúdes hechos de algún tipo de metal, los cuales eran incontables, destruyeron casas y parte del castillo real con tan solo caer. Entonces, las tapas de estos se abrieron y quienes salieron empezaron a atacar a los habitantes del castillo sin piedad.

—Imposible… ¿Vampiros?

Los asaltantes, al igual que yo, tienen una piel blanca y orejas largas, además de que poseen afilados colmillos con los que empezaron a atacar a las personas mordiendo sus cuellos. Sus ojos carmesí tenían un alocado brillo, mucho mayor al mío, que podía verse mientras ellos se movían por la noche.

Eran demasiados, lo suficientes como para ser llamados un ejército. La capital entró en un terrible alboroto, debido al repentino ataque de tales criaturas peligrosas, sin siquiera poder preparar un contraataque, a las personas tan solo les estaban chupando la sangre.

—Uu…

Recordé lo que pasó antes y me dieron escalofríos. En el continente demoniaco, ellos asaltaron el territorio de Richelle con el objetivo de cazar elfos oscuros. En ese momento, tres tipos con nombres de perros hablaron sobre vampiros e intentar capturarme con vida.

Debe haber una relación entre los vampiros que perdieron su cordura frente a nosotros y aquellos que fueron a capturar elfos oscuros. Por encima de todo, el emblema que puede verse en los ataúdes abiertos indudablemente es la cresta de la familia Kuon.

—Una flor de Laurel, la cresta de la familia. Y pensar que vería algo tan abominable en este mundo…

—Aoba…

—He entablado una relación amistosa con el reino Pleiades, como la reina Alraune, no pasaré por alto esta crisis de mi aliado.

Aoba-san habló con una voz digna y se preparó para el combate. Por el poder mágico que pudo sentir mi piel entendí que está fuera de la norma. Ella también es una reencarnada, por lo que parece ser que se le ha dado un gran poder tramposo como a mí.

—Me encantan las flores de Laurel, pero no quiero volver a ver esa cresta jamás. El pecado que se me ha expuesto, no importa cuántas veces lo rompa, no será suficiente.

Los pétalos que adornaban su cuerpo, iluminados por la luz de la luna, se balacearon. Ella apretó sus manos y, con movimientos relajados, las sacudió casualmente. En el momento en que las campanas atadas a su cabello sonaron, varias hiedras se extendieron desde su muñeca y capturaron a los vampiros.

—Escuché que los vampiros son realmente fuertes, voy a destruirlos en lugar de matarlos.

Aoba-san mostró toda su fuerza y los vampiros capturados fueron sacudidos por las hiedras hasta ser golpeados contra las losas de piedra, lo cual provocó un sonido sordo bajo el cielo nocturno.

No importa cuán resistente sea un vampiro, si son azotados repetidamente serán dañados. Sin embargo, estos tienen algo para escapar de ataduras físicas.

—Aoba-san ¡Algunos vampiros pueden convertirse en niebla…!

—Parecer ser que así es… sentí como algunos se desvanecían. Muy bien, Arge-san, por favor tapate la nariz por un momento.

Aoba-san no parece importarle cambiar de métodos. Un denso aroma a rosas, tras un sonido como de spray, salió de las flores de Aoba-san. Tras escuchar su advertencia, me apresuré a taparme la nariz. Los vampiros que se convirtieron en niebla para poder escapar de las hiedras revelaron sus formas y cayeron al suelo.

—Parece ser que tienen un buen olfato, y yo soy buena para manejar los aromas.

—Aoba-san, justo ahora tú…

—Es una flor mágica, una poderosa esencia entre todas las flores que crecen en este mundo, su efecto varía dependiendo del tiempo, pero esta vez, el olor que desprende hará que la gente pierda la consciencia solo con olerla…

—… Las Alraune son asombras ¿No?

Llegué a este mundo hace unos cuantos meses y conocí múltiples razas, pero está es la primera vez que veo personas planta. Aoba-san pelea como la raza llamada Arlaune, con flores y hiedras, en la que se convirtió tras reencarnar.

Ella probablemente escogió su raza por sí misma, algo que los reencarnados pueden hacer.

Aparte de mí, Miko-san me dijo que incluso ella no sabía los detalles pero había otra persona que se encargó de reencarnar a más miembros de la casa Kuon. Aoba-san debe estar bajo la jurisdicción de esa persona.

—Por supuesto que es asombrosa, puedes elogiarme, o más bien, elógiame. Las flores no son nada sin amor ¿Sabes?

—Um… eres realmente genial Aoba-san.

—Fufufufu. 



Aoba-san sonrió de buen humor y las flores en su cuerpo ondularon. Mientras tanto, sus manos, que manipulaban las hiedras, no aflojaron. Ella está contenta porque la elogié, pero no se olvidó de mantener las flores frente a nosotros.

Mientras Aoba-san lidiaba con los vampiros, la armada de Reino parecía retomar el terreno y comenzaron batallas en varios lugares. Después de todo, esta es la capital de la nación, sus soldados deben ser igualmente excelentes.

—De cualquier forma… ¿Esto es un asalto?

—Supongo que por parte del Imperio, la única nación que mantiene una relación hostil con el Reino.

—Eso significa que hay alguien de la casa Kuon en el Imperio… ¿No es así?

—Desafortunadamente, parece ser que así es. Haa~ Ellos solo traen desgracia a donde quiera que vayan.

Poniendo la palma de su mano en su sien, Aoba-san habló con una voz cansada. Su suspiro en realidad fue pesado. Ella era alguien que tenía una buena posición en la casa Kuon, y pensar que tendría esa opinión de ellos.

— ¿Qué pasa?

—Nada, me es un poco sorprendente que digas cosas malas de la casa Kuon.

—Como lo dije antes, es una podrida familia hizo un mundo en el que te juzgó como inútil, cosa que no me gusta para nada.

— ¿Es así?

—Bueno, el valor de una flor depende de quien la observe y a mi gusta cualquier tipo de flor. La casa Kuon podrá tener su propio sentido de valor, el cual no quería decorarse con capullos como tú cuando aún estaban vivos. Sin embargo, es ridículo cortar flores hermosas antes de que crezcan, ese arte no va conmigo.

Aoba-san hizo un puño mientras decía eso. Entonces… ella puede hacer expresiones como esa.

Ella era calmada cuando estaba en la casa Kuon y seguía siendo capaz de contar un chiste. Ahora parece un poco infantil así, pero parece estar divirtiéndose.

Dijo lamentar que nuestra promesa no pudiera completarse, incluso cuando lo estaba haciendo bien en la casa Kuon ¿Es esa su razón de reencarnar?

— ¡Tan ruidoso!

—Oh, su majestad.

—No pienso que este sea el momento. Nuestro enemigo… e ingeniería del Imperio… Ellos han tallado su cresta en sus propias armas.

—Ah… como pensé.

Escuchamos las palabras del rey cuando señaló la cresta de la familia Kuon y lo entendimos completamente. Que tallaran su cresta en los ataúdes fue solo para mostrar el poder de esta. En otras palabras, el imperio realmente tiene a un miembro de la casa Kuon, o mejor dicho, a un ex miembro ¿No?

—Puedo decir que están usando a vampiros reforzados como soldados, quitándoles su propia voluntad y potenciando sus habilidades…

—Lo mejor sería investigar los detalles luego. Esta es la primera vez que nuestra nación es atacada en su capital, lo cual es una mancha y humillación. ¿De dónde vinieron?

—Uhm… puede que vinieran del cielo.

— ¿El cielo? No me parece que ahí haya algo.

Tal y como el rey dijo, solo hay un cielo nocturno, pero yo ya lo sé. Esto probablemente sea “tecnología” de nuestro mundo traída a este.

Probablemente sea “ciencia” de nuestro mundo, incomparable a la de este, traída por ese reencarnado de la casa Kuon. Aunque una aeronave sigilosa no es solo ciencia sino también magia; probablemente hayan usado artefactos mágicos, la tecnología de este mundo.

—Los ataúdes fueron arrojados aquí sin que pudiéramos ver de dónde.

—Yo también vi de donde cayeron los ataúdes mi rey, lo que ella dice es correcto.

—Es… problemático, pero… si realmente está ahí, aún puedo derribarlo.

Subaru dijo eso y sacó su espada. La hoja expuesta al viento nocturno era de color índico y tenía varios grabados en forma de estrella. Una hermosa espada que parece ser para uso ceremonial. Cuando ella la alzó apuntando hacia el cielo, dijo.

—Te mostraré las estrellas.

Una digna voz propia de alguien que tiene el título del rey. Su voz cruzó a través del cielo nocturno y sacudió las estrellas. Mientras tanto, el brillo de su espada aumentó.

—Subaru… esa espada.

—Artefacto mágico [Espada estrella del castillo del rey]. Arge, no te separes de mi lado.

— ¡Ha…!

Mi brazo fue abruptamente tomado por Subaru-san y dejé salir mi voz inintencionadamente. Sin mirarme, el rey, tras cerrar la distancia, miró hacia el cielo.

—Mi memoria es perfecta, recuerdo a todos en mi territorio. El único vampiro amistoso es Arge, todo lo que está en el cielo es mi enemigo.

—Eh… ¿En verdad?

—Hmm, esos contrabandistas están por todas partes… Solo necesito recordar a mis hombres y mi espada guardián no los atacará. Por ahora ¡Mis objetivos son todos los vampiros lejos de mis brazos y todo el cielo!

Cuando el brillo de la espada incrementó aún más, las estrellas en el cielo se sacudieron como si respondieran a este.

Recuerdo este sentimiento. El poder mágico que siente mi piel es como si el entorno mismo intentara usar magia, y no es un poder mágico malévolo. Se parece al poder de Mutsuki-san, el lord vampiro del continente demoniaco que, fuera de la norma, basa su poder mágico en la tierra; lo que siento es similar a eso.

—Una espada de monarquía absoluta que converge en el brillo de las estrellas y lo juzga todo. Nadie traerá daño a mi castillo y su ciudad.

—Bueno, parece que lo mejor sería tumbarse, se ve que es una magia terrible.

—Tú también deberías hacerlo Aoba… ¡El juicio de las estrellas! ¡Desciende! Deja que los tontos conozcan la majestad del rey.

Subaru dejó caer su espada, como si cortara el cuello de un pecador, y esta golpeó el suelo haciendo un agudo sonido. En efecto, el juicio había empezado.

Varias luces cayeron desde el cielo penetrando a los vampiros en el suelo y, quienes fueron alcanzados por estas, se convirtieron en cenizas al instante. Esas luces contienen el atributo santo, que es el mismo de Felnote-san, y atraviesan con precisión solo a la armada enemigo sin herir a ninguna de las personas de la capital, aunque pueden destruir las construcciones.

—Genial…

—Su rango está limitado a mi castillo y su ciudad… es un arma defensiva. Por cierto, justo como dijiste, ellos están en el cielo.

Incluso cuando la voz de Subaru hacía eco, el juicio que caía del cielo no cesó. La luz de las estrellas rasgó el cielo y aplastó la enorme sombra que se ocultaba ahí. Parece ser que la función de camuflaje fue desactivada tras el golpe, pues un enorme bulto de hierro se reveló.

—Debo elogiarlos por esconderse bastante bien el cielo lleno de estrellas sin contaminarlo, pero el cielo es de las estrellas y este castillo real es el lugar donde siempre las veo. Eso significa que en este cielo nocturno hay más de ustedes ocultos. Tan solo quédense ahí, les mostraré, no una lluvia de bendiciones sino de castigos por el pecado de haber causado desastres en mi nación… Dispérsate.

Tras haber expuesto la aeronave de su camuflaje, la puntería de Subaru-san fue más precisa. La luz de las estrellas ya no golpeaba aleatoriamente a la nave, sino desde todas las direcciones hasta que, finalmente, agrietó su casco y esta explotó.

—Los fragmentos serán peligrosos ¿No crees?

Aoba-san empezó a moverse para detener los fragmentos de la aeronave que explotaron y fueron atrapados por la gravedad. Ambas sabemos sobre la tecnología detrás de una aeronave y que estas probablemente usan minerales como el hierro, lo cual hace que sus escombros sean peligrosos.

De la nada, no, quizás oculto en su cuerpo, Aoba-san sacó semillas de flores.

—Florezcan a mi voluntad.

Y tras decir eso, estas comenzaron a crecer desde la palma de su mano instantáneamente hasta formar una hiedra, como si fuese una extremidad adicional de Aoba-san. Las numerosas hiedras respondieron a los fragmentos que caían, atrapándolos antes de que pudieran tocar el suelo.

Lo hizo de forma calmada, por lo que me hizo pensar que ella está acostumbrada a esto.

—Pareces estar acostumbrada a usar las hiedras.

—Desde que llegué a este mundo tuve que enfrentar numerosos peligros y, como resultado, me acostumbré a hacerlo. Es lo mismo que un arregló florar, tener que cortarlas es un desperdicio.

—Ah… ya veo.


Ella habló como si no fuera nada, pero para ser honesto es anormal. En la casa Kuon a todos se nos enseñaba a usar la espada, pero al final esta solo se concentraba en pulir los mejores talentos. Hasta donde puedo recordar, Aoba fue reconocida como una genio en los arreglos florales desde temprana edad, por lo que ella debió pasar su tiempo dedicándose solo a ello, sus capacidades de combate deberían ser, originalmente, bajas.

Me pregunto si ella pudo pulir sus habilidades en batalla como si no fuera nada, tal como un talento de la casa Kuon.

—Significa que las cosas son distintas.

A diferencia mía, que solo obtuve habilidades tras reencarnar. Aoba-san tiene tanto talento que fue reconocida por la casa Kuon. Su tipo de “trampa” es diferente a la mía, alguien que falló y alguien sobresaliente.

Lo mejor sería no hacerla mi enemiga.

Mientras pensaba vagamente en eso, seguí los movimientos de Aoba-san.



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