domingo, 4 de octubre de 2020

Tensei Kyuuketsukisan wa Ohirune ga Shitai Capítulo 189

Capítulo 189: Promesa, una vez más.

—Mu…

—A…Aoba-san, como pensé, estabas escuchando.

Llamé a Aoba-san, quien entro, sin siquiera tocar, a un cuarto donde ya solo había silencio.

– ¿Se fue?

—No creo que se haya ido, pero al menos no creo que salga.

Se trata de Elsee, no sería extraño si me monitoreara desde algún lugar, pero por el momento ha desaparecido. Al menos ya no es hostil y piensa cooperar conmigo, por lo que no intentará pelear con nosotros innecesariamente. Así será ¿No? ¿A lo mejor? Espero que no, porque de otra forma sería molesto.

—Esa tipa… ¿Qué le pasa?

—Hemos pasado por varias cosas, podría decirse que la conozco por cosas malas. Sin embargo, de momento parece tener otros objetivos.

— ¿Solo por ahora? Bueno, supongo que está bien…

Aoba-san suspiró mientras se acercaba a mí y luego extendió sus manos hacia mis mejillas. La sensación de su caricia es agradable, pero puedo ver que estuvo preocupada por mí.

—No quiero que te sobrepases por los demás.

—No me estoy sobrepasando.

—Mentirosa. Ginji-san, siempre lo has estado haciendo. Te pusiste inmediatamente en peligro e incluso hiciste algo imposible.

—Aoba-san. Justo ahora, tú…

—Si preguntas por la chica zorro, ella fue con Satsuki-san. Como acabas de despertar quería avisarle a los demás, y también por si hacían falta refuerzos. Así que, por ahora, que solo estamos las dos, por favor déjame llamarte Ginji-san.

Cuando vi que la expresión de Aoba-san parecía estar a punto de querer llorar, no pude rehusarme más. Luego de pedírmelo educadamente, ella me abrazó. En lugar de abalanzarse sobre mí, como Kuzuha-chan, Aoba-san gentilmente jaló mi cuerpo a sus brazos.

—Puede protegerte esta vez.

— ¿Eh?

—Antes, en la casa Kuon, no pude hacer nada para detener que fueras encerrado, o rescatarte de ahí… pero esta vez pude protegerte.

—Ah…

Su voz suena temblorosa, y su cuerpo es frío, pero la sensación en mi rostro es cálida.

Aoba-san también…

Justo como Kuzuha-chan lamenta lo de su madre, ella debe lamentarse sobre mí. Incluso si esa fue decisión de la casa Kuon y era algo que no podía detener, debió ser duro para Aoba-san. Fue tan duro para ella cuando supo que me había ido que incluso acabó con su vida.

En aquel momento, cuando me apresuré en proteger a Elsee, tanto Aoba-san como Kuzuha-chan fueron a ayudarme, debido a que ambas tienen sus arrepentimientos.

—Prométeme… prométeme que esta vez no te volverás a ir lejos…

—Una promesa ¿Cierto?

Para mí, que alguna vez fallé con nuestra promesa de ver las flores en mi otra vida, Aoba-san quiere hacer otra promesa. ¿Podré mantenerla esta vez? No estoy muy segura, pero tampoco quiero volver a morir.

—Entiendo… lo prometo.

No sé si pueda mantenerla, pero quiero responderle a sus lágrimas que florecían. Incluso si no entiendo mi propio corazón, sé lo que significan las lágrimas que caen por un desborde de emociones. Quisiera entrelazar nuestros dedos meñiques, pues entiendo la calidez de mis sentimientos.

—Definitivamente… es una promesa absoluta ¿Entiendes?

—Sí, es una promesa.

—Cuando todo esto termine, vivamos en mi bosque ¿Vale?

—Estaré esperando por ello.

Le susurré en respuesta a Aoba-san, quien me habló sin limpiar sus lágrimas. ¿Podré evitar que vuelva a llorar? No puedo saberlo.

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