Capítulo
189: Promesa, una vez más.
—Mu…
—A…Aoba-san, como
pensé, estabas escuchando.
Llamé a Aoba-san,
quien entro, sin siquiera tocar, a un cuarto donde ya solo había silencio.
– ¿Se fue?
—No creo que se haya
ido, pero al menos no creo que salga.
Se trata de Elsee, no sería extraño si me monitoreara desde algún lugar, pero por el momento ha desaparecido. Al menos ya no es hostil y piensa cooperar conmigo, por lo que no intentará pelear con nosotros innecesariamente. Así será ¿No? ¿A lo mejor? Espero que no, porque de otra forma sería molesto.
—Esa tipa… ¿Qué le
pasa?
—Hemos pasado por
varias cosas, podría decirse que la conozco por cosas malas. Sin embargo, de
momento parece tener otros objetivos.
— ¿Solo por ahora?
Bueno, supongo que está bien…
Aoba-san suspiró
mientras se acercaba a mí y luego extendió sus manos hacia mis mejillas. La
sensación de su caricia es agradable, pero puedo ver que estuvo preocupada por
mí.
—No quiero que te
sobrepases por los demás.
—No me estoy
sobrepasando.
—Mentirosa. Ginji-san,
siempre lo has estado haciendo. Te pusiste inmediatamente en peligro e incluso
hiciste algo imposible.
—Aoba-san. Justo
ahora, tú…
—Si preguntas por la
chica zorro, ella fue con Satsuki-san. Como acabas de despertar quería avisarle
a los demás, y también por si hacían falta refuerzos. Así que, por ahora, que
solo estamos las dos, por favor déjame llamarte Ginji-san.
Cuando vi que la
expresión de Aoba-san parecía estar a punto de querer llorar, no pude rehusarme
más. Luego de pedírmelo educadamente, ella me abrazó. En lugar de abalanzarse
sobre mí, como Kuzuha-chan, Aoba-san gentilmente jaló mi cuerpo a sus brazos.
—Puede protegerte
esta vez.
— ¿Eh?
—Antes, en la casa
Kuon, no pude hacer nada para detener que fueras encerrado, o rescatarte de
ahí… pero esta vez pude protegerte.
—Ah…
Su voz suena
temblorosa, y su cuerpo es frío, pero la sensación en mi rostro es cálida.
Aoba-san también…
Justo como
Kuzuha-chan lamenta lo de su madre, ella debe lamentarse sobre mí. Incluso si
esa fue decisión de la casa Kuon y era algo que no podía detener, debió ser
duro para Aoba-san. Fue tan duro para ella cuando supo que me había ido que
incluso acabó con su vida.
En aquel momento,
cuando me apresuré en proteger a Elsee, tanto Aoba-san como Kuzuha-chan fueron
a ayudarme, debido a que ambas tienen sus arrepentimientos.
—Prométeme…
prométeme que esta vez no te volverás a ir lejos…
—Una promesa
¿Cierto?
Para mí, que alguna
vez fallé con nuestra promesa de ver las flores en mi otra vida, Aoba-san quiere
hacer otra promesa. ¿Podré mantenerla esta vez? No estoy muy segura, pero
tampoco quiero volver a morir.
—Entiendo… lo prometo.
No sé si pueda
mantenerla, pero quiero responderle a sus lágrimas que florecían. Incluso si no
entiendo mi propio corazón, sé lo que significan las lágrimas que caen por un
desborde de emociones. Quisiera entrelazar nuestros dedos meñiques, pues
entiendo la calidez de mis sentimientos.
—Definitivamente… es
una promesa absoluta ¿Entiendes?
—Sí, es una promesa.
—Cuando todo esto
termine, vivamos en mi bosque ¿Vale?
—Estaré esperando
por ello.
Le susurré en
respuesta a Aoba-san, quien me habló sin limpiar sus lágrimas. ¿Podré evitar
que vuelva a llorar? No puedo saberlo.
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