Capítulo 190: El destino de una
promesa.
—Fuu~
Tras
terminar de chupar sangre, exhalé. La sangre que tomé era de una de las chicas
vampiros que perdió su voluntad a manos del imperio, justo como el conde.
Guardar algunas de ellas será útil.
—Lectura
de sangre.
Chupar su sangre no fue solo para recuperarme, tengo una habilidad llamada “lectura de sangre” que me permite indagar en la memoria de alguien. Con su nivel, podré darle un vistazo a lo que recuerda desde hace unos cuantos días.
—Esto
es… un enorme tubo de cristal… un líquido extraño… ¿Tentáculos?
Lo
que vi fue algo que no pude entender y no supe expresar en palabras, tan solo
era un gran tubo de cristal lleno de un misterioso líquido. Estos estaban colocados
en una fila de torres, y otros muchos más flotaban en algo similar a un tubo
plateado. Entre todos los tubos pude ver al conde, la fuente de mi odio.
—¡!
Tuve
que controlar mi urgencia por lanzar magia debido al enojo. No lo hagas, no lo
hagas. Estoy en el ático del edificio donde se encuentra Arge, y ella ya está
en deuda con los propietarios. Tan solo me controlé y exhalé. Este lugar
difícilmente podría ser llamado grande.
—Gracias…
Bandersnatch.
El
me miró ansioso. Le agradecí por dejarme acariciar su pelaje para calmar mi
ira.
Solo
quedó este chico…
Las
quimeras que hice también fueron asesinadas por el conde, excepto por
Bandersnatch. Mis heridas de algún modo han sido curadas, pero la magia que
había acumulado fue bastante reducida. Para cuando Argento llegue a la capital
imperial seguiré sin poder reponer toda mi fuerza. No tengo otra opción sino
raspar los materiales que queden y prepararme todo lo más que pueda.
—Una
promesa… ¿No es así?
Cuando
repetí lo que le dije a Argento con mis labios, me sorprendí a mí misma.
—Han
sido unos cuantos cientos de años desde mi última promesa.
El
rostro de la persona más importante para mí resurgió unos momentos y luego
desapareció. Me pregunto cuántas promesas hice y cumplí con ella.
—Pero
no pude mantener la más importante…
Prometí
protegerla y no pude hacerlo. Me robaron a la persona más importante para mí de
la manera más irrazonable, todo por ese conde negro. Entonces, yo misma me
volví irrazonable, para que así no pudieran robarme, decidí ser yo quien lo hiciera.
Pero
sigue habiendo cosas que no puedo dejar detrás. El rostro de mi más importante
“amiga”, que rio y enfrentó cualquier irracionalidad.
Por
eso me gustan las cosas que sean lo suficientemente fuertes para resistir. Si
ella fuese tan hermosa como Argento, sería incluso mejor. Aun así… esa chica era
realmente agradable, realmente lo era.
—Fufufu…
Perdí
a mi más importante amiga en sus manos, por eso odio a los hombres. Pienso que
me he distorsionado tanto que ahora solo disfruto con las chicas, pero no siento
como si quisiera detenerme.
—La
próxima vez… lo destrozaré la próxima vez… Esta vez arrebataré todo lejos de
ti… conde.
No
pude mantener mi promesa aquel día, pero tengo expectativas en esta promesa.
Romper el pasado irrazonable, esta vez estaré en el lado de los que roban en el
verdadero sentido de la palabra. No seré más aquella débil princesa.
—Dormiré
hasta la noche. Bandersnatch, despiértame cuando el sol se ponga.
Mientras
acariciaba su pelaje, Bandersnatch se recostó frente a mis ojos para dormir
también.
—Lo
sabía… como esperaba ¡El suelo es muy duro!
Con
cuidado, tomé prestado este lugar, pero es polvoroso y estrecho. Si fuera mi yo
habitual, chuparía la sangre de las empleadas y las haría mis seguidoras.
—Sin
embargo… eso sería un problema.
Dejando
de lado mi débil condición, las empleadas de aquí parecen ser extrañamente
fuertes. Honestamente creo que es una lástima, todas podrían ser mis niñas
favoritas, pero lo soportaré.
—Una
promesa… ¿No es así?
Luego
de recitar las palabras que usé por primera vez en mucho tiempo, decidí dormir
junto con Bandersnatch. Ese día, el ardiente sentimiento que estaba en mi
corazón desde que me quitaron a quien más quería ¿Me pregunto, a dónde fue?
Sigo sin saber la respuesta.
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