miércoles, 7 de octubre de 2020

Tensei Kyuuketsukisan wa Ohirune ga Shitai Capítulo 192

Capítulo 192: Resumen tras reencontrarnos.

—Ya veo…

Tras escuchar mi historia, Felnote-san asintió.

Unos cuantos días después del ataque del Imperio, como originalmente prometimos, Mutsuki-san trajo a todos aquí. Ahora, junto con mis compañeros, estamos discutiendo las cosas. Incluso Akisame-san, político de la República, y su seguidora Habotan-san están aquí.

Con una mueca en el rostro, Zeno-kun dijo

—La declaración de guerra llegó al continente demoníaco.

Una declaración de guerra, contra todo el mundo, hecha por Kurogane-san, un reencarnado en el Imperio. Para mí, que también vengo de la casa Kuon, fue algo terrible y molesto. Creo que tendré que descansar un poco, o tomar una siesta, para relajarme.

—Pretenden atacar al gremio de comerciantes y al banco de Cyril, lo que significa que no les importa la economía. Básicamente piensan matar indiscriminadamente.

—Como dijo que no atacaría a nadie, salvo a los que se les opongan, significa que planean crear su propia moneda y sistema económico.

—Eso sería increíblemente problemático para mí, como mercader.

—Ah, supongo que está bien decirlo ahora.

Akisame-san alzó su mano mientras hablaba, con un ligero tono, sin romper con su usual sonrisa.

—De la información que obtuve. Aparentemente la invasión del Imperio ya ha empezado. En los últimos días, varias tribus y pequeños países alrededor del Imperio han sido destruidos. Las fronteras entre el Reino y la República ya se han roto. Más bien, todas las fronteras entre países ahora son irrelevantes. Habotan, reporte.

—Las fuerzas Imperiales parecen solo saquear cosas si la gente no se resiste, pero aquellos que lo hacen son asesinados sin piedad, como si estuvieran presumiendo. En cuanto a la armada de la República… a decir verdad los resultados no son muy buenos.

—Mmm… ¿está bien discutir esto con extranjeros?

—Oh, ya hemos unido fuerzas con el Reino, así que no hay necesidad de preocuparse. Oh, Caballera Santa de ojos heterocromáticos.

— ¡EX! No hay nada que pueda decir al respecto.

Felnote-san tenía una cara aterradora cuando Akisame-san sacó a luz su antiguo título, pero ella no lo negó del todo.

—Entonces… Arge ha tomado una petición de su majestad. Ah, uh… lo siento, es un viejo hábito. Siempre que su majestad está involucrado me pongo un poco nerviosa.

—Sí. Gin… Arge-san y a mí se nos pidió ir a la capital del Imperio para lidiar con el emperador.

— ¿Eso no es un trabajo forzado de asesinato?

Felnote-san miró extrañada a Aoba-san y ella, como siempre, mantuvo la calma; la campanilla en su cabeza resonó junto a su sonrisa.

—Aunque es una nación emergente, como reina de las Alraune, hemos tenido una relación cooperativa con el Reino. Arge-san es una vieja conocida que me está ayudando. ¿No es así Arge-san?

—Uhm, sí, así es como es.

Decir que somos viejas conocidas no es erróneo, así que no tengo nada que objetar. Aun si fue hace mucho tiempo, incluso antes de que reencarnáramos. Pero si empiezo hablar de eso se volverá confuso, así que mantendré silencio al respecto.

—Entiendo las circunstancias, pero es por eso que es peligroso.

—Ara, si eso es lo que piensas, sería de ayuda si nos acompañaras. Pareces ser alguien de renombre.

—Lo haría incluso sin que me lo pidieras, incluso si no es una orden de su majestad. Cuando el Reino le ha dado un papel a esta chica, es natural para mí querer protegerla. He decidido ocuparme de eso personalmente.

—Entonces escribiré sobre eso en la carta que enviaré al Reino. Habotan, prepara el documento.

—Akisame-sama, por favor hágalo usted mismo.

Estaba pensando en Elsee-san mientras miraba nuestra conversación progresar. Parece que lo mejor será no mencionarlo. Ella, también conocida como un desastre viviente, prometió cooperar, pero parece ser que será por sus propios propósitos, más que nada. Felnote-san estuvo tan enojada en su momento, que lo mejor sería no mencionar su nombre.

—Ohm, Arge-san ¿Está bien si continuamos?

—Ah, sí, no hay problema.

— ¿Es así? Entonces está bien…

La única elfa oscura, Richelle-san, quien no entiende el idioma, parece un poco ansiosa. Para ella, que habla el antiguo lenguaje espiritual, la reunión que está tomando lugar es incomprensible. Esta discusión también le es importante porque Elfos Oscuros fueron raptados por el Imperio. Sin embargo, debe sentirse incómoda ya que no puede entender nada.

—La República mantendrá un frente junto al Reino. No ha sido decidido oficialmente, pero las cuatro grandes familias están de acuerdo con ello, el Reino también ya dio su aprobación.

—Entonces, al parecer será fácil tomar ventaja de la confusión e ir a la capital de Imperio. Por favor dígale al Rey que seguiremos con nuestro trabajo.

Tras escuchar a Aoba, Akisame-san suspiró mientras escribía algo. Entonces, alguien apareció repentinamente en ese pequeño descanso entre la charla.

—Sí, sí, cuando todos hablamos de cosas complicadas, será mejor hacerlo con algunos dulces. Todos por favor tomen unos.

Satsuki-san trajo pastel y té para todos mientras hablaba con su sonrisa habitual. Siento que el refrescante aroma del té y el duce olor del pastel recién horneado alivió un poco la tensión.

—Gracias Satsuki-san, lamento tomar prestado tu local.

—No, no hace falta contenerse. Yo cambiaba tus pañales después de todo.

—Satsuki-san, cuantas décadas crees que han pasado. Hablar de eso ahora es…

—Disculpe, Satsuki-san, ¿me puedes contar un poco más al respecto sobre eso luego…?

—Umm, Habotan, deberías calmarte un poco.

Satsuki-san sonrió y puso el pastel frente a todos.

—Lo diré una vez. Mis empleadas ayudarán a defender y con la reconstrucción, pero la guerra está fuera de discusión ¿Entendido?

—Siendo sincero, esperaba que nos ayudaras con eso también.

—No tiene sentido darle armas a las empleadas de una cafetería. Cada quien tiene su propio rol. Por encima de todo, quisiera evitar que mis chicas se involucraran en algo peligroso lo más que se pueda.

Aunque no miré directamente su batalla el otro día. Las empleadas de Satsuki-san estaban ahuyentando a los líderes de los perros de caza. Era de esperarse que Akisame-san quisiera un poco de su ayuda, pero Satsuki—san no piensa darla.

—Ahora, ¿Nos tomamos un descanso? Vengan, tengan una taza de té mientras aún está caliente.

—Gracias Satsuki-san.

Tomé la taza luego de darle las gracias a Satsuki-san, tengo más sed de la que esperaba. Entiendo que estemos hablando de cosas importantes, pero no me gusta esta atmosfera tan seria. Quisiera terminarlo pronto y tomar una siesta con calma

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